domingo, 28 de julio de 2013

MEMORIA: BARILOCHE: DIEGO, NICOLÁS Y SERGIO

El 17 de junio de 2010 a las 5:00 AM cae asesinado de un balazo en la nuca con tan sólo 15 años Diego Bonefoi, en el barrio Boris Furman en el Alto Bariloche. Este barrio junto con el 169 Viviendas, lugares donde sucedieron los hechos, no llegan a ser villas miseria pero son parte de la otra ciudad, sin chocolates, ni lagos, ni postales. Con frio, hacinamiento y drogas. Esa mañana a las 9:00 unas 200 personas, muchos amigos, familiares y vecinos de Diego, atacan la comisaría 28. En el tumulto la policía reprime y se desata una batalla campal en toda la zona donde intervienen la BORA (Brigada de Operaciones, Rescates y Antitumultos). A las 17:45 las fuerzas represivas asesinan a Nicolás Carrasco de 16 años, plomero y albañil del barrio, y a Sergio Cárdenas de 29 años, cocinero del exclusivo hotel Llao Llao en el Bajo, al intentar proteger a un niño de 8 años que había quedado en medio del enfrentamiento entre vecinos y policías. Sergio, cada día, hacía 4 horas en colectivo para ir y venir de su trabajo. Se contaron también alrededor de 20 heridos. Ante estos nuevos hechos, al día siguiente los pobladores del Boris Furman, del 169 Viviendas y otros barrios bajan al Centro Cívico de Bariloche donde se viven nuevos enfrentamientos con la policía, se incendian edificios públicos y se rompen vidrieras comerciales. La línea que dividía a los indeseables de la postal turística, se rompió por aquellos días y, otra vez, lo normal, lo establecido, se subvirtió. 

Frente a esto, el 20 de junio los comerciantes y vecinos del Bajo organizan una marcha en defensa de la policía y en contra del traslado de la 28 del barrio. Cantan el himno y se reúnen bajo el monumento a Julio Roca de cara al lago Nahuel Huapi.
Por esos días el resto de la población argentina se deleitaba con la buena actuación de la Selección Nacional en Sudáfrica porque como decían desde la pantalla de 6,7,8: “Se juega como se vive”.


Lo vivido en Bariloche no es más que el actuar cotidiano de la policía, no hay aquí excesos o “abuso policial”. Actuó en consecuencia y de manera coherente para lo que fue creada, defender a la burguesía y la propiedad privada. Por eso nos parecen ingenuos y peligrosos los falsos críticos con sus propuesta reformistas: depuración de la institución, educación en derechos humanos, elección de los comisarios, etc. Recordemos que según declaraciones de Argentino Hermosa - Jefe de la Regional III de Bariloche- los policías a su mando tenían materias que “abarcan toda la gama de seguridad ciudadana, derechos humanos y técnica policial”.

Un mes después el hermano de Diego, Fabio Bonefoi y un amigo fueron detenidos sorpresivamente mientras esperaban por una entrevista de trabajo en un hotel céntrico, conducidos a la comisaria y salvajemente torturados, incluyendo intentos de asfixia y amenaza de muerte con pistola en la sien. Se les ordenó expresamente que no circulen más por el Bajo.

La realidad es que en los últimos años se ha incrementado la violencia policial: Fuentealba, los trabajadores de Terrabusi, en los saqueos del año pasado, a los movimientos campesinos, a los luchadores antiminería, a los Qom… a los proletarios que están siendo torturados en la comisaría más próxima en este mismo momento.
Los asesinatos de Diego Bonefoi, Nicolás Carrasco y Sergio Cárdenas salieron a la luz por la movilización y ataque a las fuerzas del orden y la normalidad por parte de la población proletaria que se hartó de tanto maltrato y discriminación.
Los tres jóvenes son parte de las 3800 personas que asesinó la Democracia desde su llegada en el 83 al día de hoy. (1)

(1) Estadísticas según CORREPI (Coordinadora contra la Represión Policial e Institucional)

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