sábado, 8 de noviembre de 2014

¿HASTA CUÁNDO VAMOS A AGUANTAR? ¡BASTA DE ASESINATOS!

LUCIANO ARRUGA
El cuerpo de Luciano Arruga apareció sin vida el día de la lealtad peronista, el 17 de octubre del año 2014 de esta “década ganada”, tres días después de que aumentaran a un millón de pesos la recompensa por datos sobre su paradero. Es uno de los más de 4200 asesinados por las instituciones democráticas y uno de los más de 200 que se encuentran desaparecidos, aunque la presidenta afirme que «Hoy afortunadamente nadie desaparece de ningún lado, estamos vivitos y coleando», tal como dijo el año pasado en La Plata, en la inauguración de la biblioteca ‘‘Madres de Plaza de Mayo’’ del Colegio Nacional. 

Estaba desaparecido desde el 31 de enero del año 2009, cuando tenía 16 años. Fuentes judiciales determinaron que habría muerto atropellado por un vehículo el mismo día de su desaparición y enterrado como NN en el cementerio de la Chacarita. Pero esa no se la cree nadie... ¿Por qué? Porque a Luciano la policía lo tenía marcado desde antes. Fue detenido en septiembre del 2008 y llevado al destacamento de Lomas del Mirador, en donde, como no es comisaría ni cárcel, lo retuvieron en la cocina. Su hermana Vanesa lo escuchó: «Me están cagando a palos», y escuchó también la amenaza de las fuerzas del orden: «Negro de mierda, te van a violar en la 8ª y vas a aparecer en un zanjón».

Luciano les había contado a su mamá y a su hermana que la policía le había ofrecido "trabajar para ellos". Con 16 años y sin antecedentes era un buen candidato para el puesto que le ofrecían los responsables de la seguridad: era joven y fácil de sacar de la cárcel. Al no aceptar, comenzaron a hostigarlo y a detenerlo sin razón aparente. Decirle que no a la mafia policial tuvo su costo.

Según testigos, Luciano Arruga fue visto por última vez moribundo en el piso del destacamento de Lomas del Mirador, una comisaría que en la última dictadura cívico-militar funcionó como Centro Clandestino de Detención. Para agregar más datos a la continuidad burguesa de dictadura-democracia, comentamos que en el año 2007 fue reinaugurado como una dependencia de la Comisaría novena de esa localidad al calor de los reclamos de la agrupación Vecinos Alerta por Lomas del Mirador. Vanesa lo explica contundente y sintéticamente: «el grupo de vecinos pedía más policías y era la misma policía la que sembraba el terror en el barrio».


FRANCO CASCO
En la ciudad de Rosario, Franco Casco de 20 años estaba desaparecido desde el 6 de octubre. Había estado detenido en la Comisaría Séptima, pero desde allí aseguraban haberlo liberado por falta de antecedentes. Sus familiares y amigos, naturalmente, sospechaban de la policía.

Franco era de Florencio Varela y había venido de visita a Rosario. El mismo día de su desaparición había decidido tomarse un tren con destino a Retiro para volver a su casa, pero tal como lo expresó su madre Elsa, Franco nunca llegó. Dos días después su padre viajó a Rosario, y tras no obtener noticias ni en la estación de trenes ni en la de ómnibus se dirigió a la Comisaría Séptima, en donde le informaron que dos noches atrás Franco había sido detenido por resistencia a la autoridad, pero que, ante la falta de antecedentes, había sido liberado. A la semana siguiente, cuando Elsa decidió viajar en busca de respuestas, obtuvo una versión completamente diferente de la narrada a su marido por parte del personal de la Comisaría: ahora Franco había pasado por allí “para luego ser puesto en libertad” un 7 de octubre. En la fiscalía, contó, había visto dos fotos de su hijo con el rostro golpeado, así como también denunció que la firma del libro de guardia no coincidía con la de su hijo.

El día jueves 30 de octubre, durante la redacción de este número del boletín, y en plena movilización por su desaparición, apareció un cuerpo sin identificar en el río Paraná a la altura del parque España, luego de una denuncia telefónica. Horas más tarde, sus familiares reconocerían el cuerpo de Franco. Para suerte del gobierno socialista provincial, su policía encontró el cadáver en menos de un mes, por lo que ahora no tendrán que cargar con el peso de otro desaparecido en democracia.

Compartimos un fragmento del volante repartido en la concentración a la que convocamos el día viernes 31 de octubre tras enterarnos de la noticia en la zona centro de la ciudad de Rosario:

«¿Cuántos más tienen que morir? ¿Cuánta policía más hace falta en la calle? ¿Cuántos abusos tendremos que soportar? Digamos basta, pero entre todos, juntos, sin caer a pedirle nada al Estado que es el mismo que nos asesina. Del Estado, de los partidos y la policía no esperamos nada, más que muerte y explotación. Todos los explotados juntos tenemos que luchar y crear lazos humanos y solidarios para defendernos de los ataques de estas lacras. Todos juntos podemos vencerles. Para que ningún hermano, hijo, amigo, vecino, caiga de nuevo por las torturas y las balas de las fuerzas del Estado, llámese policía, policía comunitaria o Gendarmería. Ellos nos quieren muertos: de hambre, de trabajo, por sus golpes. ¡Basta! »

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