sábado, 4 de julio de 2015

EL EJEMPLO DEL PROLETARIADO EN MÉXICO

«No creamos jamás que somos bastante sabios, bastante valientes, ni bastante justos. Y después, no nos conformemos nunca con el orden social. Seamos eternos descontentos.» Rafael Barrett, 1 de Mayo (La Acción, 2 de mayo de 1910)

El caos social que se vive en México desde hace años fue agudizado por la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa. Un gran descontento invadió el país donde la claridad se hizo presente al señalar al Estado, los políticos y narcos como los principales responsables. Desde ese día hasta hoy, muchos ataques a la normalidad del Capital se han concretado. Quema de edificios públicos, disturbios y enfrentamientos con la policía, cortes de ruta, toma de peajes y estaciones de servicio, saqueos, expropiaciones. Las últimas elecciones del 7 de junio fueron boicoteadas de forma general en el país con un notable absentismo, pero fue sobre todo en los estados del sur (Michoacán, Guerrero, Oaxaca) donde se dieron sendas lecciones de lucha con la quema masiva de propaganda política, boletas y casetas electorales para de una vez impedir las elecciones, cosa que se logró en algunos poblados. Ese domingo el Estado mexicano movilizó el ejército y la policía para garantizar la democracia, quedando como saldo el asesinato del joven docente Antonio Vivar (1).

No es casual que sea en esa región donde se encuentran los núcleos más incontrolados. Guerrero es el Estado donde se produjo la tragedia de Ayotzinapa. Recordemos en Oaxaca el movimiento insurreccional del 2006 desencadenado, entre otras cosas, por la huelga magisterial (2). Actualmente, también en Oaxaca existen expresiones de lucha contra los campos eólicos. En Michoacán, en el 2011 estalló la revuelta en Cherán contra los talamontes (traficantes de madera).

Aun así, el camino recién empieza. Muchas veces un grito desenfrenado de rabia es un grito desesperado para volver al orden. No nos confundamos, muchos explotados en México han dado un salto cualitativo importante: el descrédito hacia los políticos es enorme y la organización proletaria comienza a tomar forma, pero también es cierto que falta la ruptura revolucionaria, porque el pacifismo, el democratismo y el nacionalismo siguen siendo obstáculos muy poderosos.

En este sentido, al calor de la lucha y para acelerar el camino a la revolución, compañeros mexicanos han publicado Guerra de clases en México: Polvorín social y terror democrático en conjunto con los textos Cuando salir a la calle no es suficiente y Contra la democracia. Demás está decir que alentamos su lectura y difusión (3). Les damos la palabra:

«Pero sobre todo, es indispensable romper con las dinámicas estériles que hacen posible el aislamiento: el localismo, el inmediatismo y el activismo. Dichas debilidades forman parte del itinerario que todos los reformistas emplean para anular la efectividad, domesticando así la rabia que pudiese generarse en las movilizaciones. Su propósito es claro: “que nada se desborde hacia situaciones que atenten contra los intereses de los representantes de la clase dirigente”(…) Bajo las categorías de tal o cual sector, ya sea “maestros”, “indígenas”, “vándalos”, “anarketos”, los ciudadanistas, periodistas y analistas políticos progresistas definirán con un sinfín de nombres a los participantes de las actuales luchas, sumado a que seguramente, dirán que el propósito de las movilizaciones es luchar “por un nuevo México más democrático”, —nada más lejos de la realidad.»

«El boicot electoral no debe ser a manera de castigo porque los representantes de la burguesía y el Capital se han portado muy mal en el período que ha concluido (…) como si bastara con eso para que ellos revivan a nuestros asesinados, nos entreguen a nuestros desaparecidos y con alguna reforma a la reforma mejoraran un poquitito nuestra desolación. Si es por estas razones que quemamos y destruimos las boletas electorales olvidémonos de vencer un día al capitalismo. El boicot electoral, la quema de urnas, papeletas, centros destinados para ejercer el voto, etc. debe ser un mensaje revolucionario que niegue la conciliación entre el explotado y el capitalista, desechando y atacando también a la democracia que realiza su labor histórica de difuminar el antagonismo de clase en la boda ciudadana: las elecciones.

Estos momentos le sirven a la lucha como detonantes para agudizar la negación crítica y práctica del sistema en el que se nos obliga a sobrevivir, para compartir con nuestrxs vecinxs, nuestrxs compañerxs de butaca y de empleo nuestras posturas, nuestras luchas que son de todxs y por todxs.»

«Por eso, para emanciparnos debemos combatir por la destrucción del Capital, y por ende debemos combatir contra la democracia, lo cual sólo puede ser viable desde la acción directa y autónoma de nuestra clase, como proletariado, para reivindicar e imponer nuestras necesidades humanas, por fuera y en contra de todas las instituciones y aparato del Estado–Capital: empresas, gobierno, congreso (“asamblea legislativa, congreso de la unión”), ministerios, ejército, policía, partidos, sindicatos, ongs, iglesias, universidades, medios de comunicación, etc.»

Aún con sus aciertos y errores, entendiendo que el camino se hace en la contradicción de la lucha, decimos que es un ejemplo, porque han podido implantar el terror a la burguesía: los han escupido en la cara, han desafiado a la democracia, a su ejército y a su policía, han hecho perder millones a empresarios; en fin, porque han subvertido la realidad.

No solo México ¡Que toda la Tierra sea un polvorín!

Notas:

(1) Sobre los últimos acontecimientos en México, recomendamos La Oveja Negra nros. 22 y 24 y Temperamento Radio emisiones 1, 2, 5 y 6.

(2) Recomendamos el documental: Un poquito de tanta verdad.

(3) Este material se encuentra en nuestra feria o se puede bajar en materialesxlaemancipacion.espivblogs.net

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